Morfina para un extinto receptor...

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Él nunca se lo decía, pero de día pasaba más frío si de noche ella dormía.
Su brazo arqueado sostenía las miradas que velaban por ella y, a menudo,se perdía pensando si no sería más fácil si ella fuera capaz de entender las emociones incontrolables que mitigaban sus carencias y arrastraban los latidos de su corazón.

Al amanecer despertaba, y cada día que transcurría, aquel chico se encontraba un poco más lejos de este mundo, con más de media vida mudada y las raíces sesgadas por el escaso tiempo que aún le pertenecía.











¿En qué parte de la balanza pesas más...?

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