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Soñe con una lugar perdido entre colinas verdes. Las nubes desaparecían y los rayos del Sol se dejaban ver.
La gente ni siquiera se molestaba en mirar hacia arriba, sabían que no era real.
Poetas intoxicados de inspiración se empotraban contra los árboles, y paranóicos, se dejaban llevar por el viento.
Cabezas abiertas y manos vacías aparecían por doquier, dispuestas a pasear conmigo.
Lo único que se alcanzaba a ver era una tierra donde la arena construía humanos de cera. El cielo que te coronaba era de un precioso azul crayón.
Y todo el mundo hablaba en un dialecto basado en el ritmo, aquellos poetas creaban a partir de el. Todo parecía regirse por un tenue solo de bajo.
No había mierda en las calles, pero si un borracho al que nadie tomaba por loco. Me preguntó que cómo me sentiría si todo el mundo me tratase como si no existiera, como si mi reinado hubiese terminado. "Perdería la cabeza" le dije, y me sonrió. Era como sentise comprendido al fin.
Entonces lo entendí. La única razón por la que había llegado allí era para evitar que me pegase un tiro en la cabeza.
Mientras aquellos poetas se dedicaban simplemente a fluir yo me encarnizaba cada dia en una odisea contra el resto del mundo.
Tenía que olvidarme de observar el juego. Tenía que sobrevivir siendo parte de lo mismo, esperando que lo que huele a ginebra y ron añejo, eso que nunca cambia, lo hiciera. Intentar salir de un huracán de oscuridad, dolor, lluvia ácida y promesas de no volverlo a hacer para colocarme la etiqueta de "normal" en la frente.
Mientras tanto me aferro a mis propias manos con la esperanza de que algún dia mis extremos puedan convivir en paz. Lo importante, es que diga lo que diga o haga lo que haga, no ignore por quien sigo aquí al final de la noche.
Esto esta dedicado a los niños que fuimos, dedicado a la música, donde quiera que este. Dedicado a aquellos que se cansan de vivir todos los dias, dedicado a la gente que avanza en su propio juego.
Porque lo que es real es que aquellos niños siguen sin sentirse unidos a nada, aún no han aprendido a sentirse a salvo. Saben que no tienen ningun lugar al que correr, y se esconden en su propia sombra, esperando por el Sol.

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